Hoy no pregunten por mi no me busquen ni me llamen: salí a pasear conmigo. Salí a preguntarme por qué se vuela hacia arriba o hacia el centro de un abismo; me dibujé una estación de olivos para nadar sin ahogos de agua. Me caminé con pasitos cortos gastándome como vela de altar como leche en la boca de los niños... salí a pasear conmigo.
Conmigo salí a hablarme a contarme mil secretos de la tarde me confié el milenario asombro de descubrirse el cuerpo entero de equilibrar a medias los sentimientos; salí a infundirme valor a soñarme lo que nadie conoce para buscarme un escape de los días en donde no aparezco.
Me comí las orillas de las ventanas me tejí la soledad con dos puntadas y solo me mantuve en intentos en esa algarabía de creerme ala para redimir el cansancio de las horas y explorar el sin fin de la alborada.
Conmigo despejé las fechas y acurruqué entre las uñas la tierra que me nutre los pies; me sacudí la embriaguez de las palabras y mojé los rincones de una estancia.
Que yo no quiero que me busquen ni que me hablen de escasez o de tiempo hoy solo quise salir a pasear conmigo como si apenas me soltaran las manos y descubriera con mis pasos que el mundo se me hace cada vez más ancho.
Olvidé por un segundo el chasquido de tus labios y se me oscureció la piel entre almohadones. Desierta me converti en mujer deshabitada por la sencilla magia de la miel, de las palabras... pero fue por un segundo irremediable porque en el siguiente vi que te vivía incontrolablemente como la primera vez.
Viajemos con la ruta de los pies absortos cuando la noche te invite a pensar y solo seamos dos desconocidos en el aire dos simples ráfagas de sueños dos grandioses cómplices del tiempo.
Tomemos la ruta desconocida donde el solo del sol raye la piel y nos diga que esas horas llevan descanso y alivio justo cuando no vemos lo recorrido.
¿Tienes espacio para mi voz sonriente? Yo solo quiero cantarle al cielo que el camino sediento me ha pedido dejar que todo pase sentir que todo queda.
Tomemos la ruta desconocida en la que inventemos espacios sigilosos paisajes de augurios que detallen compaces de nubes y compongan melodiosos pasos.
Viajemos con la ruta de los pies absortos que mi corazón se ha despejado en la tarde y ha pedido un espacio de luz me ha reclamado una espera sin sentido y es imposible no invitarlo a volar.
Por una noche menos vacía cada vez que se terminan las horas por una pincelada de tus sonrisas unas cuantas veces por semana por tu mano no pasajera, sino eterna entrelazada con la mía por sentirte poco a poco cerca de mi piel dormida y dulce por escuchar tus ojos pausados justo después de tenerte frente a mi boca invitándome a perderme en ellos sugiriéndome quedarme cerca por tus pensamientos claros por tus hábitos distintos y esa justa necedad de no ser como otros por la guitarra que arrancas de mis manos para llegar hasta mi canto melodioso y sellarlo con un beso por tus sueños y los míos caminando al mismo tiempo solo que con paso distinto por tus canciones al final cuando alguien más te deje en lo profundo del respiro y solo quieras venirte conmigo. Por mi manía de enojarme con el mundo a causa de solo quererte a ti por las estaciones del día donde árboles, lluvia y aire nos amparan y nos hacen crecer por tu nombre escrito en mis labios generándote calor en el pecho por nuestro abrazo luego de aguardar contando minutos y horas llegando por fin los dos al cielo.
Por todo eso que sigue en mi pecho por todo aquello que se queda como recuerdo por esas cosas que quiero y no he dicho es que canto, río, suspiro, lloro y no espero.
Viento del sur o lluvia de abril Quiero saber dónde debo ir No quiero estar sin poder crecer Aprendiendo las lecciones para ser Nito Mestre
Para mí
Recorro el sendero puntiagudo de ms viajes eternos a la luna y mis respiros se entrecortan siguiendo el compás de mi pecho: llanto no merecido y sincero.
Imagino mi esencia oblicua encerrasda en tumultos distantes convertida en un faro silente que siempre alumbra desde lo alto más no conoce su luz interior.
Despierto en una absurda elocuencia despierto en ese transcurrir de los deseos y me detengo, pasmada, con miedo al sentir que eso que anhelo me hace víctima precisa y olvidada.
"Alma verde, verde corazon Has hecho tu nido de acero y cartón Alma verde, verde corazon Vives sobre un cable de alta tensión Pero cantas igual como canta el agua De un nuevo manantial Igual que la tierra mojada Cuando llueve la paz Cantas igual como canta el viento Que juega entre el cafetal Igual que la risa de un niño en navidad Ave de mi ciudad" Alux Nahual
Para mi carejillo
Recorro las laderas de diciembre y esta neblina me confirma que el aire puro es como tu corazon: verde aposento donde recostar mis pies cansados y aturdidos.
Imagino tu cuerpo entrelazándose con trinos de gorriones vespertinos tu cuerpo deshojándose ante mi dejando pequeños ramilletes de luz en mis ojos aburridos y solemnes.
Despierto así entre tu canción natural despierto en la vida de tu palabra para creer que en este bosque he de vivir para siempre y envejecer en tu raíz como un roble.
La piel sin compañía se debe a tus palabras ilusorias, el tiempo que retomo me habla tan distante y tu sabor se cuela como esa pequeñisima ráfaga de aire que me congela la esperanza: la necedad de creerte alguien.
Sucedió que se durmió en tus ojos cansados se evaporó en ese humo que nunca dejas de aspirar se dislocó por completo al ser lo que quedó en el medio: de vos y yo. Fue lo que no llegó en mis versos del bus se dibujó aún más en tu piel de carbón contó hasta cinco y desapareció.
Lo que pasó con la noche fue que quiso ser día pero el tiempo no se lo permitió se metió en una caja pero olvidó las llaves afuera caminó conmigo y cantó como los grillo se bebió una cerveza pero no el agua que dejamos nos mojara.
La noche habló con poetas pero decidió no serlo más y escribió su sentencia cuando aún los relojes no anunciaban el cambio de día.