A Marco
Vos…
Vos sos como un cristal, amigo,
cargado de espejitos de luz
en los que me puedo ver
la piel completa.
Tenés una inocencia
similar a la mia
porque te dividís en estaciones
para crecer como árbol
para vivir casi en flor
para volverte semilla
todas las noches.
Vos…
Vos sos como un silencio atento
cuando te ocultás de mi pupila
de los ojos de esta muchedumbre
que solamente espera tu figura
tu realidad en las palabras y los hechos.
Tenés alivio y coraje
único, como nadie,
para dejarte ir por las tardes
y volver en las mañanas
siendo vos,
siendo árbol,
siendo vos,
amigo.