jueves, 16 de octubre de 2008
Amarillo y azul
Ojalá hubiera un pintura para hacer que no me vieras
Es tan verde
como los adoquines
tontamente ordenados
que juntos forman un girasol
en la plaza del pueblo.
Tan verde
como esos muchachos
que aún no se han declarado
amor eterno
más que compartiendo
un queque de chocolate.
Verde
como esa niña
que carga el bolso de una madre,
cual niñera principiante,
con pijamas y chupones
de un niño recien nacido.
Como la manzana
en manos de la tonta de la clase,
tratando de evidenciar
su total delicadeza.
Igual que la envidia
de unos ojos flaquísimos
que añoran un poco de carne
para que los gusanos,
cuando muera,
puedan dejar
una concavidad vacía.
verde
susurro
verde
cadencia
verde
muerte
Verde
al igual
que los confites de la piñata
en la última fiesta
a la que asistió.
Tan verde
que se asemeja al cansancio
de un hombre sin zapatos,
aburrido de esperar
a la orilla de la acera.
Es tan verde
que olvidó
desde hace tiempo
cuál era su color favorito.
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2 comentarios:
Hola Lya!!! La encontré ;)
Voy a seguir visitándola...
Cristi.
Amiga el cansancio del hombre sin zapatos me hizo dolor los mios ...
Verde...
Te felicito!!!!
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