viernes, 30 de octubre de 2009

Cuando un cronopio llora


Cuando un cronopio llora lo hace en cualquier lado y bajo cualquier circunstancia. Puede abstenerse según la compañía con que cuente, pero en definitiva al menos una lágrima se le saldrá. Pocos se contienen y no sienten vergüenza al hacerlo.

Cuando al fin son una maraña de suspiros, lágrimas y mocos, los cronopios sienten unas presión en el pecho, como si este fuera un tanque con agua contenida. El estómago les duele y la respiración se entrecorta.

Cuando un cronopio llora es directo y sin reservas. Eso sí, lo que sí es realmente cierto es que pueden llorar más de dos veces por las mismas cosas.

2 comentarios:

Carolina O. dijo...

Me has dejado con unas ganas incontrolables de seguir leyendo la leyenda del cronopio.

Júrame que algún día continuarás escribiéndola.

Es hermosa!

Te quiero tanto mi Lya...

Caro

tecla dijo...

A partir de ahora, cuando tenga ganas de llorar, me iré con el cronopio, así podré llorar más de dos veces por lo mismo.
Qué linda eres escribiendo Lya de mi vida.