lunes, 23 de agosto de 2010
El verso del amigo ausente
Te alejaste de mí, amigo,
después de que me enseñaste el mar.
Me diste el retrato de las calles
de la magia que con vergüenza
se escondía en el café de las tardes
y una vez que la tuve
quedó un hueco de silencio
en la parte que te alberga.
Te fuiste, amigo,
pidiéndole perdón a mis ojos
cincelando el miedo
de tus años calcinados y oscuros.
Si una vez me pregunté
dónde quedaste,
ahora sé en qué lugar no estás
y es en mi sonrisa
en mis oídos vacíos de historias,
junto a los faros y castillos
que se han ido volando hacia abajo
hechos migas de ilusiones
predispuestos a la angustia.
Hoy te quedas en una mentira que soltaste
para que pintáramos
la vida de unos pocos
nunca la nuestra...
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2 comentarios:
Qué bonito está, sentí aleteos en el estómago. Saludos Ale :)
gracias guapa, por estar aquí
un abrazo para ud
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