jueves, 16 de septiembre de 2010

Apagador




Al encender la luz
esa sombra sigue siendo
una extensión amplificada
de tu silueta.
Llegás a ser
tres veces tu tamaño
sin poder abrazarte
contra las paredes o el techo
volteás y con un dedo
podrías taparte a vos mismo....
Y te quedás mirando
una mancha sin rostro
la superficie oscura
similar a un charco seco.

Te ponés de lado
y finalmente comprendés:
esto de las bombillas
podría no funcionar
porque has descubierto
ese inmenso lado negro
que según vos
habías escondido.