Bonita forma esa de amanecer sin calles ni estrofas, oliendo a ciudad y a luz. Yo diría que te empeñás en conseguir distancias, desvelos, dosificados en pasos y risas...
Sentate abrazado al sereno y pensá en nosotros en tus dedos dejando pasar estrellas y recordá que fallamos a veces, oliendo a polvo y sequía.
3 comentarios:
Me gusta! Me parece un reproche a esos pobrecitos poetas que solo saben escribir sobre sus miserias como si nadie más en el mundo sufriera.
Saludos!
Muchas gracias por sus palabras, Germán. Un gustazo tenerlo por aquí.
Más saludos para ud :D
Qué frescor y qué gusto Lya. Me ha venido como anillo al dedo. Yo también tenía sequía de leerte.
Publicar un comentario