El tiempo decorado con carruseles
me sabe a vos
en cada tanto de vida que se acurruca
por las calles llenas de pasos.
Cuento horas sin días
me propongo reinventar al sol
mientras reverdece uno que otro arrullo
esas delicadas parcelas del momento.
Si nos damos la vuelta por el alba
hemos de mirar las manos oscuras
lloviendo
soleadas
con celajes de caricias y diluvios…
he de mirarte a vos sin cuentas
pegándole al cielo con destellos
esas lunas que acumulamos.
Concluyo entonces que somos seres inmediatos
dueños de este minuto de sábado
cargado de pormenores y detalles
de un tiempo incontable
que solo atina a decir: “Ahora”.
3 comentarios:
Qué bien escribes, amiga del alma. Tu poema es como un aliento en el que me sumerjo.
Ahora es siempre todavía... decía Ismael repitiendo a Machado. Aunque hoy, aquí, sentado y con ganas de un respiro profundo, prefiero como lo decís vos. Gracias.
Minutísimo!!! Muy bueno.
Publicar un comentario