Es verdad:
no puedo caminar
con tus pies
esos mares que nadás callado.
No me mido en tus zapatos
más que para entender
las huellas de tus ojos
húmedas y sencillas
que se quedan añorando días
con caminos menos largos
sin senderos quebrados y solos.
No puedo dar un paso
sin ese nombre que me dieran.
A pesar de todo
aún con los días caminados
sabés que tengo una afición
por acordonar tu sonrisa
y evitarle un cansancio sin juicio
por dejarte aquí sentado
cambiándole las suelas a los años
mientras nos olvidamos de andar
sobre esta tierra prisionera
y aprendemos a volar un rato.
2 comentarios:
Me fascina el final, gracias por compartirlo
Gracias a ud por estar aquí
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