Me gusta decir que somos como montículos de tierra y hojas que tenemos una isla de recuerdos y que hace siete meses no sabemos nada del mundo.
Cuando se hace tarde creo que nos convertimos en cazadores y espejos nos escondemos con vista hacia el ahora.
Me gusta decir que somos aliados rescatándonos los huesos cada uno a su manera que callamos impalpables ante los gritos, las ausencias.
Y si somos abono me gusta decir que dejamos campos rellenos de cera y lino riego cristaloso que se olvida de los causes.
Me gusta decir que somos como cobijas cosidas y esparcidas que buscamos túneles con lianas escaleras.
Me gusta decirnos que mañana habrá luna que mañana no habrá enojo que mañana será ya casi que mañana está escondido en lo que me gusta decir que somos que somos.