sábado, 31 de julio de 2010
El fin de la noche
¿Por qué me llevas hacia el fin
cuando apenas me cae
la diurna esperanza
de ceder a mi inconciencia?
Llevaba mi inspiración
al extremo del olvido
sí, del olvido de mis
erizados presentimientos
un abrir y cerrar de ojos
que se entrelazaba
con mis atados retazos
para dormir sin quererlo.
¿Por qué tanto responder
a mi quejido desolado
a esos momentos de auxilio
en donde solo mi voz
resonaba en ritual
del desprendimiento absoluto?
Te busqué
le construí un pasado
a los vacíos de tu nombre
cuyas veredas desconocían
lo sutil de un cantar
y la pequeñez de un grito.
¿Por qué el por qué arrepentido?
Si yo solo me sentia sola
y contigo
terminé por irme al
profundo y ausente delirio:
el de tu boca llana
exagerando una plegaria
cuando yo en verdad
me había cedido por completo
a un lecho sin miserias.
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1 comentario:
el porque es una pregunta que puede llevarnos a consumirnos terriblemente, y de la que pocas veces se obtiene respuesta.
Deshora
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