miércoles, 6 de julio de 2011

Cuento


Era definitivo:

ella le daba viento-burbuja

le pintaba un espejo de amor

cosechaba luz

en su lugar preferido: aquí...

él pensaba en ella

como alada profecía

del cielo mismo hecho carne

como un baúl de miel...

Era de suponerse:

los cuentos tienen secretos,

se escriben a media luz

y ponen final al silencio.

Algunos,

hechos de carne y hueso

empotran verdades

en las ventanas del mundo.

Otros,

tal cual el de ellos,

acontecía

perfecto

entre la algarabía

de sus rostros

en el minucioso hilar

de sus huesos.

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