De usted, amigo,
se me olvidó hasta el país de sus nombres.
Tengo muchas aceras para ir a recordar
su ausencia
pienso mucho en sus manos
y supongo que ahora solo tienen
el calor de otro mundo
y está bien
está bien porque es usted en un hemisferio
tan distinto al mío
tan lleno de ideales que no recuerdo.
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