Ya no me muerdo las uñas, ahora me como los ojos
Erika Kuhn
Los ojos de Alicia
no son de setiembre ni de lunas
o de partículas de luz entre las celosías.
Nunca tratan de imitar
el profundo dolor de una calle amplia
que lleva el récord
de dormir hombres y niños sin casa.
No sé de dónde son esos ojos
o a cuántas de sus pestañas
se les pide deseos.
Los ojos de alicia
sin mayúsculas
no son los de mis manos
no son la dicha.
Ni densos, ni negros
Ni ojos.
Ojos de niña y salto
que se ven como canción de piano
una que todavía no me aprendo.
Alicia tiene ojos de no redondo.
Sus ojos no son mis ojos.
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