Rubén no sabe volar
ni pedir reflejos
en las aceras.
Teme oscurecerse
en el trillo hacia la tierra
ser solo una mancha bifurcada
hacia lo real
hacia la inocencia.
Rubén busca tocarse a sí mismo
descubrir su Peter Pan gastado
verse arriba
bruscamente complejo
como un derivado del sol,
pero no tiene pies
ni alas amarillas
no tiene gritos
ni manos que ondulen al aire.
Peter Pan se parece a Rubén,
porque sin niños ni piratas
voltean su alma al viento
y creen atrapar una sombra
que es en realidad
solo el reflejo
de un adulto cansado y solo.
1 comentario:
Lya de mi corazón. Cuanta espiritualidad ternura y entrega en estos versos austeros.
Alta poesía la tuya desde que no te leo.
Estoy muy contenta de que vuelvas a publicar aquí de nuevo.
Te deseo junto a mi vida que sigas publicando en este blog.
Por favor.
Quédate.
Yo también soy Peter Pan y necesito tus cuidados igual que siempre.
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