martes, 17 de marzo de 2009

Eras todo lo que anhelaba



Eras todo lo que anhelaba
fugazmente entre la brisa:
fuiste sol, mar y destello
ausencia, plenitud, vacío
vuelo, canto, tintero.

Eras mi poesía
cada uno de estos versos.
Me pregunto intranquila
dónde habitan tus huesos
dónde la piel envuelta
con mis lágrimas de cielo.

Eras aquello que no conocía
quien hizo nacer mi aire
y amar todo eso que no detallé antes
fuiste mi sonrisa plena
una playa con ocaso perfecto.

Eras ese
que infundió valor en mi pecho
con quien soñé la lluvia cubierta
el canto de pájaros viajeros
fuiste julio, diciembre
el reloj que ahora corre sin tiempo.

Eras luz fulgurante en mi lecho
compañía en umbral mañanero
eras eso que perdí entre ecos
junto a bosques de pino e incienso.

Eras hoy lo que dejé atardeciendo
soledad encubierta con lunas
mis ojos sedientos gritando
suplicando inquietos al verte correr
por ríos mágicos con sonidos inciertos.

Eras susurro en mi oído de niña
el de historias, juegos e inventos
quien pintó con caricias la vida
quien besó mi quietud con desvelo.

Eras ese que inventé
mi canto ondulante
mi rostro tranquilo
mi yo rebosante.
El que supo cubrirme de lleno
con abrazo distante, completo.


Eras odio y valor en las venas
quien salió de mi oscuro lucero
y se dejó caer sin aliento
en el campo de mi ignorada agonía.

Eras aquel que unió
mi frente junto a la suya
y respiró en la estrechez de un encierro
pero nunca secó nuestro aire
y nunca cayó sin mi cuerpo.

Eras la vida que tuve en los sueños
con retazos de consuelo y descanso

Eras todo y nada en secreto
eras ese a quien perdió mi lecho
el que decide olvidarse
y dejar entre escombros
mis palabras cubiertas de anhelos.