viernes, 7 de agosto de 2015

Ciudad adoquín


Hoy te extraño, San José,
imagino tus venas llenas de gente
cargadas de un adoquín que
 en sí mismo
parece otra ciudad.
Extraño tu voz de voces
ese clamor en cada calle
la verdad de tus ancestros
metida en museos
contada en callejones llenos de música
de poetas, de cómplices.
Te recuerdo a diario, plausible
tus rostros me son ahora ajenos
pero los evoco
sueño con ellos desde esta pradera.
Extraño tu conocimiento
resumido en cabelleras sueltas
en sandalias cuyos pies no se esconden
en libros sin final ni límites.
Jodidamente me hacés falta
no porque no te tenga al lado
en memorias cada vez más vivas
me dolés porque aunque estás
sigo aquí, de vez en cuando,
llorando como quien se ausenta
en tiempo y en silencio.