viernes, 30 de septiembre de 2011

Ingrediente secreto

Me devoro
hasta el deseo de ser otra.
Muerdo y habito
sin procurar perderme
en los fallos del pulso.

Se trata
creo yo
de saborear
las sinrazones del delirio
y ser nueva
domesticada...
ser la pizca de sal
en la receta
de todos los días.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Miedo III

La oscuridad y la muerte
me aterran.
Sin embargo,
los humanos
aún encabezan
la lista de temores
por vencer.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Miedo II

Me asusta
pensar de pronto
que seré
la misma cara
en un mundo cuadrado
cuya única salida
es simplemente girar.



miércoles, 21 de septiembre de 2011

Miedo I

Le temo
a tu nombre desnudo
visto en ojos que colapsan
ante el amanecer.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Recuerdo



Me acordé de vos
y te propuse
que nos plantáramos
un recuerdo.
Te pensé,
claro está,
y te mentí 
al decir
que había olvidado
tu nombre.


Me imaginé tu paso
y lo puse
aquí debajo
de mi cama
con la única intención
de llevarlo conmigo
de paseo
cuando amaneciera.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Comanda


Pedimos la muerte en un vaso de leche

socorremos con nuestros pies

a quien se ha olvidado

de cuanto paso cabe por ahí en las aceras.

Solemos recortar los nombres

de la misma forma en que partimos

el pan entre los pobres,

solo que esas veces

cada morona es la parcela de cielo

que le toca imaginar a nuestro verso.

Somos extraños medicamentos

que olvidamos ceder en dosis moderadas

al mundo que nos rodea

porque si bien no hay cura para la ignorancia

nos hacemos los enfermos

ante tanta bruma y tanto duelo.

Pedimos el dolor casi a gritos

extendemos las manos sin abrirlas

porque detestamos acariciar la verdad

exponer la cercanía

mientras seguimos bebiendo

sorbo a sorbo

la ilusa sensación de ser más

que un puñado de huesos.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Lógica de las estrellas


Te atrevés a usar número primos
para contar las estrellas
mientras yo me he gastado
tantos pares de botas en alcanzarlas.
Les buscás cinco puntas
como dirección de espacios
cuando en mi afán
por recorres galaxias
solo veo una apuntando al norte.
Sos capás de congelarlas
en los techos, las paredes,
los letreros desubicados
y en tus mismos pies;
sin embargo, yo las imagino
solamente
decreciendo húmedas
en edades y recuerdos.
No te sumás a mi teoría
de almacenarlas en las uñas
o de decorarles el contorno
con sal y agua dulce.
Tu idea de las estrellas
es más bien una porción de apego
por el cielo y sus latidos
mientras mi lógica
es descoserlas a diario
para que cada vez sean más
las explosiones de calor
los espacios en blanco
sobre mi almohada y mi pecho.