martes, 8 de junio de 2010

Reverencia



Eternizar la secuencia de un paisaje
es como quitarse y ponerse el sombrero:
acto repetitivo o no,
le sugerís la mundo un agradecimiento
por ni sabés qué cosas.

1 comentario:

Fakir dijo...

No me acuerdo quién, decía o leí que: De grandes perdemos la capacidad de asombro que teníamos de niños. No importa qué, el qué, es tan sencillo como una pequeña hoja que va en la alcantarilla, o ver de pronto el sol más bonito, e incluso notar esa grita en la pared de tu cuarto que no sabes desde cuando esta ahí. La capacidad para quitarse el sombrero, para perseguir una línea que empezó en el ropero y termino rodeando la casa y saliendo hacia la calle perdiendose en el paisaje, es tan importante y vital para los sentidos, como el aire es para la vida. Sin asombro, sin curiosidad, sin sorpresa, sin notar lo pequeño... no hay lugar para las dudas, todo es infinitamente más aburrido.