viernes, 3 de agosto de 2012

Talla 10



Es verdad:
no puedo caminar
con tus pies
esos mares que nadás callado.
No me mido en tus zapatos
más que para entender
las huellas de tus ojos
húmedas y sencillas
que se quedan añorando días
con caminos menos largos
sin senderos quebrados y solos.
No puedo dar un paso
sin ese nombre que me dieran.

A pesar de todo
aún con los días caminados
sabés que tengo una afición
por acordonar tu sonrisa
y evitarle un cansancio sin juicio
por dejarte aquí sentado
cambiándole las suelas a los años
mientras nos olvidamos de andar
sobre esta tierra prisionera
y aprendemos a volar un rato. 

2 comentarios:

Carlos dijo...

Me fascina el final, gracias por compartirlo

Alejandra Valverde Alfaro - Lya dijo...

Gracias a ud por estar aquí