miércoles, 6 de julio de 2011

Cuento


Era definitivo:

ella le daba viento-burbuja

le pintaba un espejo de amor

cosechaba luz

en su lugar preferido: aquí...

él pensaba en ella

como alada profecía

del cielo mismo hecho carne

como un baúl de miel...

Era de suponerse:

los cuentos tienen secretos,

se escriben a media luz

y ponen final al silencio.

Algunos,

hechos de carne y hueso

empotran verdades

en las ventanas del mundo.

Otros,

tal cual el de ellos,

acontecía

perfecto

entre la algarabía

de sus rostros

en el minucioso hilar

de sus huesos.

martes, 7 de junio de 2011

Personificación del verbo


Los hay con ojos

muertos, congelados;

los hay, solamente.

Unos duermen

entre la sábana

de una habitación de hotel

o entre juramentos y promesas

de “mañana será mejor, vos sabés,

somos únicos”.

Entre los periódicos,

algunos saltan

y pareciera

como si quisieran degollarte

entre sucesos y especulaciones.

otros, a menudo, comparten

sillones en las clínicas

conversan en las tiendas

o van cada quince días

a hacerse el manicure.

Un grupo peculiar

se sienta en la parada de bus

y juegan a contar

carros de colores:

“blanco, ese es mío…

verde, llevo cinco”.

Quizás te encontrés

unos pensativos

intentando comprender la vida

o filosofando sobre ellos:

ser o no ser.

Algunos académicos

se sitúan en la norma,

ardiendo o hirviendo

llenos de números y personas.

Muchos salvan

de las noticias diarias

(murió, subió

chocó, cambió, mintió),

suben escaleras,

tejen corazones,

reparan días

o solo se dejan llevar

por lo que son.

Aburridos, gritones

o están los que te encomiendan

a dioses y oran por ti día y noche.

Algunos se ilustran

y unos cuantos se exceden,

se hinchan, se empapan,

se exitan, se deletrean,

se enojan, se buscan,

se lloran o se iluminan.

Sin embargo,

solo uno se imagina

solo ese se intenta y se esparce.

Solo ese se complace

en hacer de mago

y decir con una varita mágica

“había una vez… y hubo un pueblo…

cuentan que una noche…”

Solo este escribe y escribe,

como si de por sí

no llevara su tiempo

aprender a decir las cosas.

sábado, 4 de junio de 2011

Antojo


Yo me quito los zapatos debajo del sol
me invento mi propio palacio
y consigo la brisa marina con una sonrisa.
Me sacudo el polen del corazón
e invento un sobresalto para tus lirios
cada vez que se angustia tu encanto.

Yo creo que es fácil creer en dioses y magia
si al final nadie te obliga a cerrar los ojos
a invertir pieles o a derribar soledades.
Es sencillo creerse alado, allá casi divino,
porque el cielo se reserva para vos también:
se te está permitido soñarlo.

Yo me leo todos los días un capítulo
de aquella dramática forma con que alguien
sintió cubrir la luz y los puentes.
Le escribo también un poquito
a la puerta de mis venas y a mis labios...
porque así se le pone punto a un antojo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Despedida


Decime adiós
ahora que no estoy,
pero esta vez sin mar
ni cometas ni mandalas
esta vez sin sombras
sin tazas de café
o interpretaciones de sueños.

Decime adiós
de la misma forma
en que dejás ir al viento
igual a como te ponés
cada día los zapatos
o tomás papel y lápiz
para quedarte en blanco:
así con rutina
sin mover las manos
agitando la partida.

Decime adiós
sin mentiras ni cuentos
sin libros pequeños
ni silencios de cinco tonos
no más historias del sur
menos de viajes al tiempo
cerrá toda forma de encontrarnos
que no haya pliegue
por donde se respiren
las presencias y los versos.

Decime adiós en serio:
llevándote con vos
los hilos que encadenan aquel sueño
cuando se hace de noche,
porque yo te di mi abrazo
la esencia de un llanto
e innumerables esquinas de verdad.

viernes, 13 de mayo de 2011

Invertidos



A vos y a mí

nos crecen semillas

en los dedos y las uñas

y llegamos a ser árbol

para fabricarnos una casa:

"Vení, aquí junto a mi pulgar

hay una chimenea,

hoy te toca dormir

entrelazado en mis falanges".

Tenés las alas

sin haber visto el viento

que se enrosca en el camino y las nubes

y así, poco a poco,

volás kilómetros para olvidar

volás del cielo en picada

mientras pensás cómo sería tener

más bien

al aire en tu espalda.

En cambio yo... yo me descubro

sin pensarlo dos veces

me dibujo del centro hacia los lados

y desde la letra hasta el tintero...

¿Querés que te cuente un yo?

A vos y a mí nos dicen eco

y no sabemos el afán

que tiene el mundo mundo mundo

de multiplicar lo innecesario

y encerrar en sus cabezas

al árbol, al aire y al cuento.

Nadie sabe ni entiende

los pormenores con que se fabrican

las posibilidades de existir en los abismos.

A vos y a mí nos tildaron

una vez que pestañeamos

al ver caer el sereno.

Y no comprendo a esta gente.

Vení, mejor encerrate en la palma de mis manos

y dejame contarte un viento:

"Habia una vez un cuento

de cabezas, afanes y deseos deseos deseos,

una historia de vos y yo invertidos

simulados como repeticiones en eco".

lunes, 25 de abril de 2011

ĝojo


Es cierto tanto deseo
en unos ojos que hablan y hablan
inventados con estelas rojizas
cada vez que se muere una aurora.

Un amor sonámbulo
descargado en liras y gritos
simplemente disuelto
en camas sudorosas
no me vale hoy para cargar
tanto pedazo de humano
que padece este cuerpo.

Tanta alegría
es febrilmente verdadera
absoluta
testaruda
porque se engendra
en ausencias y calores
cerca de las huellas
bien lejos del sabor del lirio.

Se regocija la tardanza
de cada respiro incontrolado
uno a uno se me van yendo
los residuos de derrota
y aquellos recuerdos
amontonados sobre la espera.

Y así se aprende.
Así se aprende a llorar
a ver pasar las caras y los vuelos.
Así aprendo.
Aprendo que cada una de mis vidas
lleva sin vivir
siglos de agua y trigo
tardes de viento y polen,
esta imagen de tierra
dispuesta en pasos.

Cierta es tanta algarabía
de poder ver restablecido
el corazón y los silencios:
la esencia absoluta
de un deseo apenas comprendido.

lunes, 11 de abril de 2011

Camas incompletas


Helos ahí
mirándose a los ojos
robándose las sábanas.

Tenues como la luz
a ciegas,
van deshaciendo
el que dirán
para contarse juntos
un cuento.

Se hacen pensar
en lechos
descritos para dos,
rebuscados
en luces artificiales.

Y los consiguen entre
risas y besos,
encuentran esa calma
de sus cuerpos cosidos
a una solo esperanza.

Tienden los corazones
uno sobre el otro
tapando el frío...
cuentan las estrellas
de promesas que se
quieren cumplir,
camino interminable.

Entonces, hay entre
cada palpitar,
un recuento de aquellas
sensaciones puras,
de estas realidades
que se respiran y
se sumergen
de los días y
las manos.