martes, 26 de enero de 2010

Confesiones en la inmensidad de un cuarto adormecido


Hoy sentí
un sorbo de ausencia
incrustado en cada músculo
que hace bailar
esta mano que te escribe.
Barajé mis emociones calculando el por qué
de la agonía sutil
que me animaba a seguir pensándote.
En la inmensidad
de este cuarto adormecido
me confieso:
soy culpable
de sentirte cada día más
y recordarte
como si te me acabaras
después de que amancezca.
Yo tengo la culpa
de permitirle a mis adentros
ensancharse
con aquellas estrellas
que le traes del aire;
no me niego,
soy culpable
de esperar bajo mi piel
la certeza de una palabra
y de sentir,
como pocas veces,
esa forma de encontrar
la inmensidad
en fragmentos silenciosos
que hacen de tu alma
la canción de mis noches.

2 comentarios:

Miguel Quintero dijo...

digamos que este poemas es de aquellos que uno nunca se cansa de leer...algunos podrán llorar al leerlo, otros reflexionar...pero algunos podemos compartir la culpabilidad de sentir más de lo que podemos imaginar...lindo lindo!!!

Alejandra Valverde Alfaro - Lya dijo...

gracias Migue
por pasar por aqui, por dejarme sus palabras y por ser mi amigo

lo quiero montones