lunes, 4 de octubre de 2010

El haber



Un hombre soñó
y clavó en las nubes
pedacitos de ojos,
estrellas que pestañeaban
cuando la humedad
era intensa y pesada.

Un mujer dudó
como si el llanto
no le asegurara también
la felicidad del cuerpo
como si las noches no fueran
cenizas del descanso.

Él se dedicó a tildar
aquellos cielos escondidos
mientras ella abrazó con lunas
las palabras que comenzaba a olvidar.

Una vez
un hombre repleto
y una mujer vacía
juntaron auroras:
él no conocía inquietudes
había permanecido clavado
con sus sueños de loco;
ella no conocía encantos
había permanecido cegada
por una oscura ignorancia.

Esa vez
hombre y mujer
fundaron el tiempo:
el de vivir amarrados
a la nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, me puedes decir de quién es la pintura que pones en este poema? y si la puedo usar o hay derechos?
mil gracias.