miércoles, 27 de octubre de 2010

Preposicional

En la esquina de tu frente
revolotean pedacitos de crepúsculo
tintes de ruido y sal...
acontecen sucesos innombrables.
Ante la historia de tu boca
desfilan silbidos
que enmudecen a cualquiera
antraen al viento de tarde
convirtiéndolo en un desacuerdo tonal.
Debajo del asiento de tus pies
miles de luchas hacen piruetas
sin bufones o colores...
marcan la rutina con elegancia
con la leve presión del paso.

Cabe en la silueta de tu hueso
el ruego que le hacemos
a esos hombres sin cabeza
víctimas de nuestro enojo
uniformados con angustia
al ser testigos de cómo
te extingues y me desvanezco,
hasta el límite de morir de hambre
por el insípido cúmulo de noches
cuando te toco y hay polvo
cuando me buscas
y el alba me lleva consigo
no permitiéndote saciar tus manos.

Para mi sigues llevando
esa agitación en la inocencia
que te hace menos perecedero
y te arranca las ganas
de ver la furia contenida.
Según nosotros
llovería calma por la tarde
mientras la hojarasca
renovara profundamente
la cresta encendida de la luna.

A tus latidos les he dado un nombre
como bautizándolos con la vida
seguida del llanto que le ruego a tu silencio
desde que supimos
que el olvido no nos era
para nada sencillo.

2 comentarios:

Amorexia. dijo...

la frase del final es extraordinaria, me gusta el contenido de el poema, gracias por pasar por el blog, y por recordarme lo dificil que es.

Deshora.

Alejandra Valverde Alfaro - Lya dijo...

Gracias a ud por la visita y por la palabra...

Su frase final es extraordinaria tambien, solo que necesito más explicación.

Saludos sinceros