miércoles, 28 de enero de 2009

María y el poeta


María llora. Ella leyó un verso inconcluso y los ojos se volvieron crepúsculos de agua y sal.

Le pidió permiso al poeta, permiso para mojar el papel de tan serenas líneas. Con cada letra hará un pétalo y al final regará un florero de amapolas.

Es de noche y María llora. El poeta accede a su pedido y se siente morir cuando la escucha. ¿Qué sus versos son tan tristes? ¿Qué hace que ella recuerde o extrañe?

María hace espirales con palabras, escalones ascendentes para llegar no sabe dónde. Ella sube, mientras el agua de sus ojos baja. Contramarea. Contracorriente.

Entre dientes, apenas en silencio, María cuenta que una tarde vio desaparecer la luz y por más que gritó, por más que movió sus brazos, no se la trajeron de vuelta... el ansia se quedó en sus venas.

María empapa su cabello y lo corta en finos pedazos, mitades de pasado, fragmentos que no desea. Llora. Está incompleta, pero llena de llanto.

María llora. Y espera. Pide se detenga todo para mirar por la ventana sin que esta vez le roben las nubes.

¿Y el poeta?

El poeta le escribe una historia. Le inventa una voz. Y la mira. No la toca. La oculta en un verso incompleto, ese con el que ella ha llorado... en pedazos, como su cabello. No sabe ya el por qué de su llanto ¿Fue el poeta o lo que quedó de su silueta?

El poeta se detiene. Duerme un rato para recuperar su imaginación. Finge con los ojos cerrados. En realidad piensa.

Él no llora, sólo crea. Le pide a unas estatuillas de barro un soplo iluminador. El polvo en su gastada soledad le cubre el rostro.

¿Y María?

María llora. El poeta es ahora verso. Contramarea. Contracorriente. Y aunque ahora está completo, ella aún se deshace en llanto.

1 comentario:

"Alumine" dijo...

Y el poeta? El poeta le escribe una historia. Le inventa una voz. Y la mira. No la toca. La oculta en un verso incompleto, ese con el que ella ha llorado... en pedazos, como su cabello


Lya esta hermoso me ha encantado
Me dejas con todo el sentimiento!!!