viernes, 11 de mayo de 2012

Capital



Ir a San José
me capitaliza los ojos
hace que pague por mi ausencia
mientras los buses regatean mis asientos.
No envidio a nada más
que los adoquines del boulevard:
tanto pie con mil historias
mucho niño sin ave en mano volando
ese encuadrar los sueños
de quienes gritan los precios del alma.
La capital
me viste de una forma absurda
porque solo me conozco en gris
desde El Paseo hasta Los Yoses.
Busco hileras de chismes
entre las caras de gente
sin buenos días
cuya gracia es alejarse de mi boca
como si quisiera uno robarles la mirada.
Ir a la capital
se traduce en doce palabras:
ir y venir sin suelo
ni patria que me llore un poco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ohhh mi querida ciudad...lo digo porque vivo en el pleno corazón...y aunque a muchos no les guste y con toda la razón...hete aquí que San José es una ciudad mágica. Aun con toda su fealdad y su desorden, no podría olvidar mis caminatas nocturnas por Bº Amón, u olvidar mis viajes por viajar en el destartalado tren, u olvidar de ver la gente pasar desde mi balcón en una tarde veraniega de febrero. San José es un milagro cotidiano. Es una ciudad con muchos taxis y pocos sentimientos, tan pequeña que se aprende de memoria en una noche...San Jose es un caos que tiene sentido, sin fundación, bastante corta pero rica en expresiones, San José es una boca del monte, es una gran aldea que presume de gran ciudad, donde nunca se mira al cielo, hasta ahora. San José es un hongo de concreto, es una brevisima brisa de historia con algunas gotas de sangre, San Jose es una "villita" que extraña sus tranvías y retretas en el Parque, San José es un ciempiés de gentes aplastado entre la basura y las estrellas.....Gracias Alejandra por este poema...sigue adelante por favor...saludos.