domingo, 7 de agosto de 2011

Solo digamos


Digamos que vos estás

de este lado del viento.

No sabés cerrar los puños

a la hora de gritar

y seguís comiendo nubes

cuando te ataca una migraña incontrolable.

Yo supondré tu veracidad

a la hora de explicarnos

este tiempo que parece no llegar,

me convertiré en sal y óleo

solo para derretirme el amanecer

de una estocada.

Digamos que yo crucifiqué

este miedo innecesario

para que vos creyeras

en la sublime sensación de cantarle

a todo aquello que parece absurdo,

indefenso.

Vos creerás en mí

y en aquellas rutinas

para cepillar los pasos

desenredando la inseguridad

con que te olvidas.

Digamos que sí…

Vos y yo.

Solo digamos.

5 comentarios:

Francisco Araya dijo...

Muy ingenioso. Me encantó.

Alejandra Valverde Alfaro - Lya dijo...

Gracias, Francisco, por estar aquí

Un abrazo

Ana Elena. dijo...

Digamos que yo crucifiqué
este miedo innecesario
para que vos creyeras
en la sublime sensación de cantarle
a todo aquello que parece absurdo,
indefenso. me encanto esta parte Alejandra la felicito.

Alejandra Valverde Alfaro - Lya dijo...

gracias, Elena...
un abrazo

pajaroazul dijo...

De verdad que me gusta leerla ale :)
Este está simplemente genial!